Con unas pinzas que permitan extraer las larvas y a simple vista o con la ayuda de una lupa, podemos observar la presencia de estos ácaros en las larvas blancas.
La detección precoz del parásito favorece el posible control de la población de parásitos en la colmena y con ello la supervivencia de la misma. En la península Ibérica este es el factor más importante que hace desaprecer las colmenas naturales.
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