Algunos apicultores utilizan este producto para eliminar las malas hierbas
de los colmenares.
La acción de
glifosato para matar las plantas es la supresión de la capacidad de la planta para
generar aminoácidos aromáticos y por lo tanto al ser efectivo contra
prácticamente todas las plantas se denomina herbicida total.
Monsanto, gracias
a la modificación genética de semillas utiliza sin problemas en sus cultivos el
glifosato, ya que éstas lo soportan sin perecer, controlando la maleza.
La Unión
Europea, además, calificó el agrotóxico como "peligroso para el medio
ambiente" y "tóxico para los organismos acuáticos".
El glifosato
de Monsanto con la marca patentada Roundup fue denunciado por publicidad
engañosa y falsa presentándolo como un herbicida biodegradable que deja limpio
el suelo tras su aplicación. Lógicamente Monsanto perdió la demanda.
A día de hoy
la mayoría de los apicultores achacan los problemas de despoblación de las
colmenas a los herbicidas empleados comúnmente, demostrada la causa-efecto en
muchos de estos casos.
Desde que se
“puso de moda” la aplicación de productos químicos cada vez más tóxicos en la
agricultura aproximadamente en los años 40, las poblaciones de abejas melíferas
está descendiendo gradualmente, encontrándose actualmente en el punto más alto
de despoblamiento.
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