Bien es sabido que son muchos los indicadores empleados para detectar la contaminación en el medio ambiente como pueden ser en este caso las abejas.
Un estudio realizado por FAPAS en la población de Salave en el concejo de Tapia de Casariego (Asturias) demuestra que el lugar donde se quiere realizar un emplazamiento minero subterráneo para la extracción de oro se encuentra no contaminado de metales pesados y con ello se realizará un seguimiento ambiental en caso de que el proyecto siga adelante.
El estudio se realizó con dos colmenas bien pobladas con reinas nuevas y sin miel para descartar las posibles contaminaciones anteriores y se contemplaron únicamente los 4 primeros kilómetros de los 5 que suelen alcanzar las abejas pecoreadoras, abarcando con ello una superficie de 28 km2
En otoño puesto que la floración de esta época es más homogénea colocaron trampas cazapolen para conocer el grado de contaminación en el polen recogido de la zona.
Los parámetros estudiados del polen recogido fueron los niveles de litio, molibdeno, plata y metales pesados como el aluminio, antimonio, arsénico, bario, berilio, boro, cadmio, cobalto, cobre, cromo, estaño, estroncio, hierro, manganeso, mercurio, níquel, plomo, selenio, titanio, vanadio y zinc y aunque estos componentes se encuentran de forma natural en el ambiente su concentración no superaba los niveles normales, por lo que este valor se tendrá de referencia para ver la evolución de la contaminación en la zona.
Mientras se decide si el proyecto finalmente se realiza o no, las abejas no dejan de desvelar los secretos de su entorno.
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