Cantinelas antiguas para atraer enjambres de abejas

 

Aristóteles, en su “Historia de los animales” (siglo IV antes de Cristo), describe así el método empleado por los campesinos griegos para atraer a los enjambres de abejas: “Las abejas dan la impresión de que disfrutan con el sonsonete. Por esta razón dicen las gentes que las reúnen en la colmena con sonsonetes producidos por cacharros y con piedras. Sin embargo, está absolutamente por dilucidar si es que oyen algo, y si actúan así por placer o si es por miedo”.

Por su parte, el poeta romano Virgilio (siglo I a. C.) en el libro IV de las “Geórgicas” refiere el modo de capturar enjambres con estas palabras: “Cuando en verano vieres un enjambre recién salido de su colmena, lo que debes hacer es desparramar por el sitio a que se dirigen las hierbas cuyo sabor apetecen, la melisa majada y la grama común de cerinto, y a más haz alrededor ruido de metales y bate los címbalos de la madre Cibeles”.

La antigua creencia de que el sonsonete rítmico atrae a los enjambres de abejas aún se mantenía en la España del siglo XVI, como se puede ver en el tratado de “Agricultura General” publicado por Alonso de Herrera en 1513:Y si se van en alto échenles polvo, o hagan ruido con una caldera u otra cosa semejante, o dar con las manos algunas palmas, y luego se abaxan a tierra”.

 


 

Versión grabada en Trascastru (CANGAS DEL NARCEA) por Jesús Suárez López y Fernando Ornosa Fernández.

Narrada por Obdulia Caballero Garcia, 85 años (2013).

En Trascastru, de donde yo fui, había una señora que ya murió hace muchos años, y muchas veces nos acordamos una hermana que tengo en Trascastru y yo de cómo aquella mujer paraba las abejas. Cuando enjambraban estaban cerca de casa y a nosotras nos prestaba tanto ver, porque además ella salía sin nada, nada, nada en la cabeza, con los pelos así, sin ninguna cosa que la tapara, la rodeaban las abejas y ella estaba [golpeando] con dos piedras:

Pousa, galana, pousa,

pousa, pousa, pousa

aiquí todas, aiquí todas,

aiquí galanas, aiquí galanas,

casa nueva, casa nueva,

casa nueva, casa nueva…

Y esto es repetir, repetir, repetir… Pero lo que os voy a decir, que jamás la picaban. Y así posaban. Yo a esa mujer de Trascastru la vi así to’la vida.