Caramelos caseros de miel y propóleo

Los caramelos caseros son una forma de aliviar el dolor y el picor de garganta que solemos padecer en catarros, gripes, faringitis, etc. por esto me parece que es muy práctico tener en casa unos cuantos, además podemos hacer nuestra receta personalizada según qué necesitemos.
INGREDIENTES
·                   40 ml. de agua filtrada.
·                   100 gr. de azúcar moreno.
·                   30 gr. de miel ecológica.
·                   1 cucharadita de Tintura de propóleo al 30%.
·                   Entre 10 y 20 gotas de aceites esenciales. Ej. aceite esencial de limón.

Es aconsejable emplear una miel de buena calidad y a poder ser ecológica. Los tipos palinológicos más recomendables para estas dolencias son de eucalipto y romero, aunque todos los tipos de miel aportan grandes beneficios.
El propóleo es y actúa como antibiótico natural, tiene un sabor muy fuerte y distinguido, por eso no es recomendable añadir demasiado. Yo personalmente le añado una cucharada sopera en vez de una cucharadita de postre.
Se le puede incluir unas gotas de aceites esenciales que aportan propiedades medicinales al caramelo y además un rico aroma. Eso sí, a la hora de elegir el aceite esencial debemos tener en cuenta quién va a tomar estos caramelos caseros, ya que los niños, embarazadas, epilépticos, etc. no pueden usar cualquier esencia. En tal caso, se pueden añadir unas gotas de zumo de limón o cítricos.

ELABORACIÓN
En un cazo-cazuela pequeña ponemos el agua, el azúcar moreno y la miel, lo ponemos al fuego hasta que hierva. Lo dejamos a fuego medio o bajo y que siga hirviendo mientras removemos continuamente para que no se pegue.
Con un termómetro para caramelo medimos la temperatura de la mezcla, para que el caramelo esté listo debe alcanzar los 160 ºC.
En caso de no tener termómetro, se usa el viejo truco del vaso de agua. Es muy sencillo, llenamos un vaso con agua y cuando pensemos que el caramelo ya se está quedando suficientemente sólido echamos una gotita de caramelo en el agua. Si la gota se queda como una lágrima y cae al fondo, el caramelo está listo.
Cuando esté listo nuestro caramelo, apagamos del fuego y apartamos, dejamos enfriar unos minutos.
Añadimos el propóleo y el aceite esencial y removemos bien.
En un molde de látex especial para caramelo preferiblemente, añadimos un poco de aceite de oliva o girasol para que no se pegue. Añadimos el caramelo en el molde. Intentar no llenarlos demasiado para que el caramelo no quede muy grande.
Metemos en la nevera para que se enfríe bien.
Pasado un rato, cuando estén los caramelos fríos y sólidos, desmoldamos con cuidado. Y los pasamos por azúcar glas, para que no se peguen entre ellos. Los guardamos en un envase de vidrio y listo.


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